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OSTEOPATÍA PEDIÁTRICA

EFECTOS DE LAS TENSIONES CRANEALES EN EL BEBÉ

Algunos bebes toleran bien las tensiones provocadas en el parto y se muestran tranquilos y felices, pero otras veces aparecen algunos síntomas como:

BEBE LLORON, IRRITABLE Y CON PROBLEMAS PARA DORMIR

Las tensiones del cráneo y de sus membranas mantienen el sistema nervioso del niño en un estado de alerta constante.

Esto le daría problemas para dormir, tendríamos un bebé irritable, intranquilo y llorón con necesidad de cogerse continuamente al pecho, al chupete…

El bebé se encuentra incómodo con una sensación constante de “presión en la cabeza” que empeora con la presión extra de estar estirado y tiene una necesidad de moverse y succionar porque es la mejor forma de paliar estas presiones (succionando moviliza sus sistema membranoso y óseo craneal, se relaja!).

PROBLEMAS DE SUCCION

La succión puede convertirse en un trabajo duro debido a las tensiones mecánicas en la cabeza, cara y garganta. Los nervios que inervan  la lengua pueden estar irritados por la compresión en los agujeritos de salida del cráneo, pudiendo interferir en la succión, digestión.

CÓLICOS Y GASES

Regurgitación de leche entre tomas, lloros durante largo tiempo y normalmente peor por las tardes-noches.

Puede ser debido a varias causas, por irritación del nervio que controla la función del estómago (N. Vago) en su salida por la base del cráneo, dificultando la digestión.

También se pueden observar cambios de funcionamiento del diafragma, poco movimiento, puede tensarse y bajar manteniendo todas sus relaciones en estado de tensión, incluyendo el esófago y sus relaciones con el estómago, esto también explicaría  la dificultad del paso del gas originado vía esófago. Esta disfunción también puede provocar tensiones en los esfínteres, el píloro que esta al final del estómago, añadiendo regurgitación al cuadro sintomático del cólico. También pueden quedar un poco cerrados los esfínteres que vacían los ácidos pancreáticos y biliares al duodeno, con la consiguiente dificultad para digerir las grasas de la leche.

A MEDIDA QUE EL NIÑO CRECE 

INFECCIONES

Las tensiones mantenidas comienzan a afectar a las defensas del niño. Una de las infecciones más comunes es en el oído y normalmente es recurrente

Es debido a que hay tensiones alrededor del oído medio y interno que impiden un correcto drenaje de los fluidos incluido un taponamiento de la trompa de Eustaquio.

SINUSITIS Y PROBLEMAS DE OCLUSION

Niños que al tener la nariz constantemente tapada y con mucosidad respiran por la boca (incrementa el riesgo de infecciones otorrinolaringológicas). Con el tiempo esta situación hace aumentar las probabilidades de que los dientes se coloquen en mala posición.

Desde el nacimiento hay tensiones membranosas que dificultan el buen crecimiento de los huesos, de la cara, sinus nasales…

PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO Y APRENDIZAJE

Descanso pobre nocturno, poca capacidad de concentración por el día, dificultad para estarse quieto y sentado, hiperactividad, constantes cambios de humor, niño nervioso e irascible… el niño no crece correctamente (falta de creación de hormona del crecimiento por no descansar bien. Se crea un círculo vicioso que hemos de romper

Las tensiones le causan incomodidad si se queda en la misma posición mucho rato.

ASMA

Vulnerabilidad a las infecciones, bronquitis i/o empeoramiento del asma presente.

El espasmo del diafragma puede agravar la tendencia a sufrir asma. Tener las defensas bajas predispone a infecciones y bronquitis. Después de sufrir una infección, la caja torácica se mantiene más rígida de lo normal y las costillas no recuperan su capacidad de movimiento completo, haciendo que el asma sea más acusado. El sistema nervioso Simpático mantiene la Hiperactividad compensando las carencias de su sistema pero de forma secundaria está aumentando el problema.

EL TRATAMIENTO OSTEOPATICO

El tratamiento osteopático, utilizando un enfoque craneal, es muy suave, sutil, seguro y efectivo en bebes y niños. Se aplican presiones suaves y específicas sobre los huesos del cráneo, suturas y otros elementos craneales, allí donde sea necesario para facilitar la capacidad del organismo a sanar por sí mismo, liberando las tensiones y volviendo a recuperar un equilibrio saludable.

El resto del cuerpo también se tiene muy en cuenta, ya que muchos problemas periféricos son adaptaciones a problemas originariamente craneales en un intento del organismo de encontrar una postura  adaptativa para aligerar las tensiones y disminuir el gasto energético en las actividades del niño.

REACCIONES DESPUES DEL TRATAMIENTO

Las reacciones al tratamiento pueden ser variables, normalmente el bebe, después de la sesión termina relajado y duerme bien. Otra reacción frecuente es que el niño salga de la sesión con más energía, siguiendo, frecuentemente de una buena noche de descanso. Ocasionalmente algún niño queda un poco alterado. Esta situación es temporal y normalmente es consecuencia de no haber podido realizar todo el trabajo en una sola sesión y al ir deshaciendo su patrón adaptativo, se hacen más evidentes sus tensiones.

¿CUÁNTAS SESIONES? 

Normalmente de 2 a 6, teniendo en cuenta que variará dependiendo de la gravedad del problema, del niño en cada caso  y de la edad del niño.

¿CUÁNDO IR AL OSTEOPATA?

Cuanto más joven mejor, nunca es demasiado pronto. Los mejores resultados se obtienen antes de los cinco años. Después de esta edad, no todos los problemas y tensiones mecánicas pueden ser eliminados fácilmente, aunque se pueden reducir sus efectos en gran medida.